sábado, 16 de noviembre de 2013

El símbolo perdido [Dan Brown]

Hola lector y lectora, sí, porque sé que sólo tengo dos a los cuales aprecio mucho. Como han notado, mi reseña de hoy llega con retraso (mi editora me matará por esto), pero he estado algo ocupado. Ya saben, Inferno me tiene atrapado entre sus letras. Por lo pronto, aquí les dejo la siguiente reseña, que es, les adelanto, una de las más crueles que he hecho hasta el momento. Sólo pasaba a saludar y recordarles que el día 31 tendrán la reseña de Inferno, para que preparen sus comentarios y opiniones. Un saludo enorme a todos.

Título de la obra: El símbolo perdido.
Saga: Sí.
Libro: 3/4
Autor: Dan Brown.
Género: Thriller.
Editorial: Planeta Internacional.
ISBN: 987-0-385-50422-5.
Páginas: 619.
Sinopsis: Washington. El experto en simbología Robert Langdon es convocado inesperadamente por Peter Solomon, masón, filántropo y su antiguo mentor, para dar una conferencia en el Capitolio. Pero el secuestro de Peter y el hallazgo de una mano tatuada con cinco enigmáticos símbolos cambian drásticamente el curso de los acontecimientos. Atrapado entre las exigencias de una mente perturbada y la investigación oficial, Langdon se ve inmerso en un mundo clandestino de secretos masónicos, historia oculta y escenarios nunca antes vistos, que parecen arrastrarlo hacia una sencilla pero inconcebible verdad.

Con ayuda de Katherine Solomon, hermana de Peter y experta en ciencias neoéticas, Rober Langdon tiene doce horas para salvar a su amigo y, al mismo tiempo, evitar que uno de los secretos mejor guardados de nuestra historia caiga en manos equivocadas...

Opinión: Bien, hoy tenemos la tercera entrega de nuestra saga. El símbolo perdido. En esta ocasión el profesor de simbología Robert Langdon vuelve a casa. Así es, este libro vuelve al origen del protagonista para demostrarnos que "el nuevo mundo" también tiene su lado interesante. ¿Quién dijo que sólo Europa nos esconde cosas? No, América también tiene sus secretos. El enigma principal, o el más conocido son los masones. ¿Recuerdan la pirámide en los billetes de un dólar americanos? Pues Brown nos desglosa sus misterios en 619 páginas.

Aquí vemos a un Robert algo... familiar. No es que de pronto aparezca su árbol familiar, no, pero aparece un amigo que podría decirse es algo cercano a un hermano mayor. Su nombre es Peter. Además, claro, tenemos a una sexy mujer que acompañará a Robert durante su búsqueda, la hermana de Peter, Katherine Solomon. Sé que todos esperan que les diga que por fin Langdon sentó cabeza pero, les adelanto, sigue soltero a pesar de la notoria tensión entre la señorita Solomon y él. Pero ese no es el punto de la reseña.  El profesor Langdon llega a Washington con la idea de dar una conferencia a petición de su amigo y se topa con la sorpresa de que dicho ammigo ha sido secuestrado. Una vez más, Robert tendrá que valerse de su intelecto para intentar rescatar a Peter con vida, además de detener a su secuestrador, que no está precisamente sando de mente.

Con respecto a las descripciones de las que siempre hablo, los enigmas y los cuadros (no me refiero a pinturas) que nos traza Brown, vuelve a maravillarnos, sumiéndonos completamente en cada lugar que nos describe, sintiendo la adrenalina que sienten los personajes, viviendo la escena que nos marca, al lento ritmo en que nos lleva. Nadie más que Brown sabe cómo alargar 12 horas enteras.

Es en el personaje principal donde comienzo a tener problemas. Respecto a la psicología de Langdon es donde las cosas se tornan repetitivas y molestas. Cualquiera diría que para el tercer libro se vería una evolución en el personaje, pero lo cierto es que no. Francamente, esperé alguna clase de crisis nerviosa tras los muchos intentos de asesinato que sufrió en los dos libros anteriores, o al menos una pesadilla que lo perturbara por las noches recordando las víctimas de sus errores, pero a cambio de eso, tenemos al mismo Robert de siempre, con la misma claustrofobia de siempre. Sigue siendo sumamente inteligente, dotado de una memoria prodigiosa, pero sobre todo, irrealmente tranquilo bajo presión. En general, es más del profesor que hemos visto hasta ahora. Lo más que hace Brown en un intento de volverlo más terrenal es hacer que se equivoque en las deducciones de lugares a los que debe ir, pero tristemente para el autor, eso es algo a lo que ya nos tiene acostumbrados. 

No niego que el libro es sumamente entretenido, que te da una sorpresa tras otra y ninguna de ellas las esperas. Es una montaña rusa de sensaciones e ideas inconexas que sólo tienen sentido hasta el gran final donde el malo no era el que pensaste, sino, otro más a quien casi ponías en un pedestal.

Sin embargo, Brown nos da un extra en este libro, algo que viniendo de él se debería considerar una novedad. Su trama deja de ser meramente educacional, pierde la frialdad académica para darnos, a su manera, una pequeña entrada al pensamiento moral. Ya nos dio a entrever su opinión religiosa en los dos libros anteriores, supongo que era cuestión de tiempo para que comenzara a tocar temas morales. 

En conclusión: es un libro entretenido aunque ligeramente incoherente con respecto al sentir lógico (o esperado) del protagonista. Una historia que te atrapa de principio a fin y, que llegados a este punto, te hace pensar en el lugar que ocupas en el mundo, más concretamente, en el "movimiento" que tienes con respecto al mundo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario